Definitivamente en el mundo hay angeles, que están tan cerca de nosotros y no nos damos cuenta, estos angeles son los niños especiales, he tenido la fortuna de tenerlos, consentirlos y darles lo mejor de mi, pero lo más importante es lo que he recibido de ellos, su ternura, su inocencia y todo lo bello que irradian.
Cuando hablamos de la inclusión considero que antes de incluirlos en 4 paredes en un aula de clase, debemos incluirlos en nuestro corazón, que sea una inclusión verdadera,que venga del fondo de nuestra alma, que enseñemos a nuestros niños desde pequeños a respetarlos, quererlos, protegerlos y ayudarlos a salir adelante, mientras no lo hagamos dificilmente vamos a lograr el objetivo.
Compartir un abrazo, una sonrisa, una galleta con ellos no nos hace daño, estoy segura que no nos contagian nada por el contrario nos llenamos de energía positiva, nos contagian su inocencia,su alegria, espontaneidad y sinceridad.
UN ANGEL EN MI SALÓN
En el año 2010 cuando se hablo de la inclusión,"los niños especiales llegarán al aula regular", soy sincera me pregunte? acaso no hay educadoras especiales, ellas estan preparadas para afrontar estos problemas.
El caso fué que a mi salón llegó un angel llamado VANEZA ALEXANDRA MARIN VARGAS, diagnosticada con síndrome de Cornelia de lange, me pregunté y eso que es?... y senti gran temor ¿ que hago? como me voy a hacer entender?... además que la niña tenía rasgos característicos que despertaron la curiosodad de los niños de la sede y con su inocente crueldad realizaban comentarios "y esa niña por que es asi profe"" es como fea", decidi entonces presentarla por los salones y asi sensibilizarlos y el resultado fué espectacular, Vaneza terminó siendo la consentida y mimada de profesoras y compañeritos.
